***DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER***
8 de marzo. Hace más de un siglo ellas se movilizaban, su lucha era distinta a la actual. Marcharon por su derecho a sufragar y por sus derechos laborales. Hoy marchan por su derecho a la vida, a la identidad, a decidir sobre su cuerpo, por acabar de una vez con la opresión de la sociedad.
Aquellas jornadas de lucha en búsqueda de la igualdad civil y laboral con el hombre parecen lejanas y sin embargo no lo son, porque bien se sabe que la única lucha que se pierde es la que se abandona. Hoy las consignas podrán ser otras pero la desigualdad y la injusticia son las mismas, esa visión del sexo débil retrograda y humillante de la mujer lleva a nuestra sociedad a verlas y tratarlas como un objeto. Un objeto que se puede poseer, sobre el que se puede decidir, que se puede usar y desechar.
Hoy alzamos esas banderas pasadas y sumamos las presentes. Hoy recordamos a todas nuestras luchadoras, a todas aquellas que marcharon, a todas las que defendieron incansablemente los logros alcanzados, a todas las que hacen por el cambio diariamente, a esas que están siempre. Hoy recordamos a las que ya no están, a nuestras mártires, a todas nuestras amigas, vecinas, madres, hijas, compañeras, que por soltarse de las ataduras del machismo no pueden alzar su voz.
Hoy debemos comprometernos por todas ellas con la justicia y con la igualdad. Hoy debemos ver a la humanidad como una, sin géneros antagónicos, sin prejuicios infundados, sin sometimientos culturales, laborales, familiares, ni sexuales. Hoy debemos continuar el camino de aquellas que lo emprendieron en la búsqueda de la paz, la igualdad y la justicia entre los hombres y las mujeres. Y por sobre todo hoy debemos ser la voz de las que no tienen voz.